«Sobre la Mutación del Cachuelo»

«Sobre la mutación del cachuelo»: Carta abierta de Mário Domingues, publicada en la Real Gazeta Invicta el 23 de marzo de 1922.

Estimados lectores de la Real Gazeta Invicta,

Perdonen la arrogancia de estas palabras, que escribo con la mejor de las intenciones. No soy un especialista, ni un académico; mi profesión es, y será, la de un humilde contable. Los conocimientos naturalistas que tengo, por escasos que sean, los he obtenido a través de mis propios estudios. Es una fascinación que me acompaña desde niño, pero que, desgraciadamente, no he tenido la oportunidad de llevar a cabo. Sin embargo, me inspiró la advertencia del profesor Manuel Almeida, publicada en una carta abierta en este mismo periódico. El profesor llama la atención sobre la extinción de nuestra solla en las aguas del río Duero. Los excesos y sus residuos exigen su precio a la fauna y flora que caracterizan a nuestra querida Nación, y por si este caso no fuera suficientemente alarmante, me temo que es mi deber compartir otro que he estado comprobando y analizando en mis ratos libres; no extinción, sino mutación: ¡el cachuelo! No lo he visto en todos, pero los casos que he seguido son preocupantes. De nombre latino Leuciscus idus, este pequeño pez plateado, común en las aguas de nuestro Duero, ha sufrido una transformación francamente aterradora. En varias zonas he encontrado bancos de este pez mostrando varias etapas de mutación: una mutación que no sólo alarga y agranda sus cuerpos, sino que también les proporciona una hilera de dientes en forma de aguja y unas aletas poco características. ¿No es un fenómeno digno de atención? Como ya dije, no soy la mejor fuente. Por eso me pregunto si no sería importante que uno de los eminentes naturalistas de la Real Universidad de Oporto visitara los viñedos alimentados por el Duero, para evaluar el fenómeno y confirmar su validez. Quizás entonces se tomen las medidas que una situación así requiere, y que creo que aún no se han adoptado por mero desconocimiento.

Atentamente, de un ciudadano preocupado,

Mário Domingues