«Testimonio de un Desertor Republicano»
«Testimonio de un Desertor Republicano» – Informe elaborado por la Repartição tras recoger diversos testimonios orales
La reconquista de Albergaria-a-Velha provocó la desbandada y pérdida de numerosos soldados republicanos en estas tierras. Uno de ellos tuvo la suerte –así lo creyeron él y toda la población – de toparse con la casa del Soldado Milhões, territorio neutral y donde creía estar a salvo. Acogido por los buenos corazones de quienes veían en él a un niño tembloroso en lugar de a un enemigo, le limpiaron y desinfectaron las heridas, le llenaron el estómago con lo poco que había y le sirvieron un vaso de vino tinto. Con las manos aún temblorosas y tragando saliva, compartió con sus anfitriones lo que había visto en la batalla: «Lo que están haciendo, no puedo decirlo», declaró. «Pero tienen gente de su lado que no morirá, eso seguro». Ante la incredulidad de quienes le escuchaban, insistió: «Disparé a uno en la frente y apuñalé a otro en el cuello. Las heridas permanecían, incluso vi sangre brotando de su garganta, pero aquellos hombres seguían en pie y luchando, ¡te lo puedo asegurar! Fue al ver esto cuando no pude soportarlo más. ¿Cómo puedes matar a alguien que no quiere morir? ¿Cómo se puede ganar sin matar?» Se bendijo a sí mismo. «No es de Dios, y por eso me fui, por deshonrosa que fuera la huida, y por eso me tienes aquí».
A pesar de la extrañeza, ni los anfitriones ni los curiosos insistieron en el asunto, con la esperanza de que una noche de descanso tranquilizara al joven republicano y el día siguiente arrojara más luz sobre los hechos. Sin embargo, esto no fue posible porque, como ha sucedido con demasiada frecuencia, el día amaneció con el cuerpo del chico fuera del colchón de paja que le habían asignado: lo encontraron fuera, ya rígido por la muerte, y un trozo de papel prendido a su camisa en el que podían ver una ametralladora y alambre de espino.
Tras realizar indagaciones entre la población local, no se encontró ni detuvo a ningún sospechoso.
«O Irmão Esquecido», AMP Rodriguez
«Vinum Liminus Mortis», Pedro Lucas Martins
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