Una Inusual Propuesta de Matrimonio

Carta fechada el 18 de marzo de 1921, encontrada en la colección personal del ex presidente de la República José Mendes Cabeçadas, tras su muerte en 1965.

Estimado Capitán José Mendes Cabeçadas,

Le escribo con el sigilo que exige nuestra condición de miembros de la Masonería, con las consiguientes obligaciones y deberes de la Logia Pureza para con la República Portuguesa.

Hace dos días dejé las trincheras para pasar un breve permiso en Lisboa con mi familia. Para acortar el viaje, me atreví a cruzar, lo más discretamente posible, territorio bajo control monárquico. Al pasar por un pueblo, cuyo nombre nunca aprendí, presencié una escena que creo que debo compartir con usted. Varias personas charlaban alegremente en la calle, frente a dos casas, en lo que parecía un encuentro fortuito entre dos familias. Una joven de rara belleza parecía acaparar toda la atención. Curioso, me escondí entre la vegetación y eché un vistazo más de cerca. Entonces oí los cascos de un caballo, que no tardó en doblar la esquina. Un apuesto caballero se acercó a la joven. Tras un rápido vistazo, en el que se dio cuenta de que toda su familia y la de la gentil doncella estaban presentes, desmontó de su caballo, se arrodilló y mostró un anillo en una cajita. Se oyeron «hurras» y «vivas» de todas partes, celebrando el «sí» de la bella muchacha.

Un escenario perfectamente idílico y encantador, si no tuviera lugar entre los muros de un cementerio y si todos los participantes no estuvieran muertos (incluido el corcel). Sé que se trataba de dos familias, porque las casas de las que le hablé no eran más que tumbas. Los muertos llevaban los colores de la monarquía, así que seguro que su levantamiento de la tumba fue el resultado de algún experimento execrable de los científicos de la Monarquía del Norte.

Antes de volver a las trincheras, le dejo a usted la tarea de informar de este espantoso descubrimiento, para que pueda ser puesto en conocimiento de las autoridades competentes sin causar una alarma innecesaria. Siento poner la carga de esta horrible noticia sobre sus hombros. Estoy seguro de que, tras leer estas líneas, se sentirá tan disgustado como yo mientras me alejaba lo más rápidamente posible de aquel escenario de pesadilla. ¿Qué será de los soldados republicanos si los muertos se levantan en armas contra el Sur?

Atentamente,

Teniente Emanuel Gorjão